Algunas reflexiones y consideraciones personales a modo de
diario de aprendizaje:
1-¿Por qué escogí el curso de
Flipped Classroom?.
Tengo la seguridad de que la mejor herramienta del profesor sale del
ordenador y esta metodología creo que utiliza este recurso, casi de forma
constante. El mundo ha sufrido en poco tiempo una auténtica
metamorfosis con la aparición de internet y realmente, me cuesta imaginarme
otra realidad sin su concurso en la
educación que por otra parte, la hemos vivido algunos que tenemos ya cierta
edad, o nuestros padres. Estamos en el siglo XXI y el mundo está globalizado
por estar interconectado.
Escogí el curso porque creo que
es imprescindible darle la vuelta al sistema de aprendizaje y enseñanza. Sin
embargo, me escandalizo cómo en demasiadas ocasiones, advierto que yo mismo e
incluso los compañeros/as que me rodean, dan la clase al estilo más
tradicional, pensando en enseñar casi todo el tiempo, en la ingenua creencia
que el alumnado va a aprender, sin prácticamente hacer otra cosa en el mejor de
los casos que escucharnos.
Descubrir las herramientas que
hacen más fácil el aprendizaje y darle la vuelta a la clase es algo que siempre
me ha rondado en la cabeza y en mi praxis docente. Este escenario de innovación
me estimula particularmente porque creo que es lo que necesita el Sistema Educativo para que las propuestas
de aprendizaje contribuyan con la mayor eficacia y eficiencia posible al
desarrollo competencial del alumnado, sobre todo, a la capacidad que me parece
más útil en la escuela y en la vida que es la de “aprender a aprender”. Flipped
Classroom creo que puede contribuir decisivamente al desarrollo de muchas
competencias del alumnado, tanto a nivel individual como grupal.
2- ¿Conocía el modelo?. ¿ Qué
sabía de él?. Y si no sabía qué era antes de apuntarme, ¿en qué pensaba que
consistía?.
La verdad es que antes de
apuntarme a esta formación, había comentado con algún compañero este curso, y
me había transmitido una imagen bastante cercana a la que tengo actualmente.
Además, antes de inscribirme, había visualizado algún vídeo para orientarme
acerca de esta metodología.
No obstante, aún ahora mismo me
cuesta pensar en el hilo conductor que, siguiendo esta metodología, he de
seguir para experimentarla. Más bien, en este momento que ya tengo cierta
competencia digital y también docente, el abanico de recursos metodológicos de
que dispongo para afrontar determinados contenidos, es cada vez más amplio, y
quizás lo más valioso para darme la suficiente serenidad que requerimos los
docentes.
Sin embargo, aún cuando en
apariencia los retos curriculares y los recursos son parecidos, ya sea por el
afán de innovar y seguir aprendiendo, o bien por ser un tanto inconformista,
creo que todo se puede y debe seguir mejorando continuamente.
Flipped Classroom me pareció una propuesta metodológica
revolucionaria e innovadora, y sigo creyendo que así es. Por ello, mi
expectativa es muy alta, pero también es cierto que me da miedo porque me va a
exigir mucho tiempo diseñar el desarrollo del proceso de aprendizaje, partiendo
de un modo de presentación totalmente diferente al que estoy habitualdo, en la
medida que el punto de partida en principio, se va a diseñar para contextualizarlo como tarea para casa.
3-Lo que más me llama la atención
y me resulta más interesante.
Reflexionando acerca del propio
título de la metodología “invirtiendo la clase”, me sigue pareciendo lo más
interesante, una provocación, todo un reto. Cuando pienso en ello, quiero que
sea una realidad en el mayor tiempo de la clase.
Suele venirme a la cabeza mi
experiencia como alumno, y en demasiadas ocasiones, tengo un recuerdo
desazonado sobre la pasividad que nos reclamaba el profesorado para que
pudieran impartir su clase, o dicho de otro modo, que en muchas asignaturas
aprendimos muy poco, sobre todo, porque no hacíamos nada, solamente
estudiábamos para superar un examen que, por otro lado, lo único que medía era
si habías memorizado y/o comprendido ciertas conceptos, pero que de saber
hacer, saber ser y estar, ……………., nada de nada.
Tener la posibilidad de hacer de
coach, asumir un rol de facilitador y dejar que orienten y enfoquen los alumnos
su propio proceso, una vez pautado por el planteamiento inicial que el
profesorado haga, también me parece atractivo.
4- ¿Es un modelo realista, posible y que puede funcionar? ¿Por qué?.
Analizar y reflexionar acerca de
estas consideraciones creo que va a ser una constante en mi hacer profesional
de ahora en adelante. Tengo la seguridad de que la respuesta es sí, que es
posible porque en más de una ocasión hemos diseñado alguna propuesta didáctica
parecida y ha sido un acierto, porque ha funcionado, y porque ha llegado al
alumnado. No sólo lo advertimos nosotros como docentes, sino que es el propio
alumno, sobre todo cuando tiene cierta madurez, quien con el paso del tiempo
reconoce los muchos aprendizajes que conlleva una propuesta metodológica activa
como esta, o similar.
La cuestión va a centrarse sobre
todo, siempre analizando el proceso de aprendizaje del alumnado desde una
perspectiva personal, si es la mejor metodología para proponer ciertos
aprendizajes del currículo, o alcanzar como se nos ha comentado, ciertas cotas
de metacognición. Si plantearlo en un contexto unitario o interdisciplinar, y
si tanto en la evaluación como la heteroevaluación puede darnos el feedback
apropiado que nos indique que el proceso se ha desarrollado en consonancia con
lo previsto o predeterminado.
5- ¿Me considero capaz de ponerlo
en marcha?.
El movimiento se demuestra
andando. Me creo más en la obligación de experimentarlo y vivir junto al alumnado,todo el proceso
en plenitud.
Por supuesto, me creo capaz de ponerlo en marcha y diseñar una
propuesta que realmente sea atractiva, y sobre todo, jugosa desde el punto de
vista curricular.
No obstante ahora mismo, no soy capaz de imaginar el resultado de
un planteamiento metodológico “puro” de Flipped Classroom, más bien a priori,
creo que mezclaría esta metodología con otras activas como la de ABP, Retos, Problemas, etc.
Iremos haciendo camino al andar.
6-Miedos que me suscita esta
metodología.
Creo que diseñar algo tan
complejo como es un aprendizaje personalizado y a la carta es realmente
laborioso, que requiere de un trabajo y
diagnóstico previo muy riguroso, y que debiera ser el punto de partida.
Mantener un alto grado de complicidad
del alumnado, creo que es posible, sin embargo, me consta que no va a resultar
fácil hacerlo extensivo a todas las personas del grupo-clase, y más complejo todavía, tener evidencias de que en casa siguen las pautas y directrices que a tal efecto establezcamos en el contexto del desarrollo de la Unidad Didáctica o Proyecto.
Mi experiencia personal me dice
que, cualquier cambio a mejor, siempre exige mucho esfuerzo, y que la
consecución de buenos resultados es siempre proporcional al tiempo invertido en
la planificación didáctica.El tiempo de que dispongo este curso es muy limitado porque son muchas las inquietudes profesionales y personales que tengo, también limitado por que debo atender ciertas obligaciones cargas familiares.
Por otro lado, no me gustaría tener que estar
constantemente tomando decisiones que reorienten el planteamiento inicial o el
diseño de la unidad didáctica, y para ello, insisto en la temerosa idea de que
ello me va a requerir mucho esfuerzo a la hora de planificar, y a la hora de
convencer a algunos compañeros de que, es necesario que hagamos cosas diferentes
para obtener otros resultados. Vivir instalados en la queja y echar las culpas
de “nuestros pequeños fracasos didácticos” al propio Sistema Educativo o al alumnado,
creo que aunque puede ser un tópico recurrente para descargar cierta tensión, nunca nos da buenos resultados ni nos permite seguir aprendiendo.